miércoles, 25 de marzo de 2009

Porque escribo
las chicas se sonrojan,
solo por escribir
se ruborizan ante mí,
más cuando escribo,
¡ah las pequeñas sonrojadas!
más me dan ganas de escribir,
hey vos! devolveme mi silla
, mis alpargatas,
y todo mí
colorido pensamiento,
no creo ya, escribo
por ver a las muchachas sonrojar.

como tomates sus pómulos,
mas sus muslos apretujados
en los asientos del colectivo
suspiran y florecen al ver
mi anotador,

por las noches,
mis aposentos se llenan
de semidesnudas adolescentes
que solo miran mi escribir,
pierden la paciencia,
se muerden por
un lugar dentre las sedas
que me rodean,
sus ojos giran al pie
de la cama, suben por mis
pantorrillas,
grito!, rompo veladores
se repliegan y sigo escribiendo

es inquietante,
las húmedas ínsulas del cielorraso,
les prometo una a cada una,
todas las noches
todas se impacientan;
más cuando paro de escribir,
arrojo el tintero hacia las bestias
y me declaro campesino,
me asesinan,
comen mis carnes y al
amanecer siguiente...
ya no existo